21 oct 2011

Más estresado que el vecino de Tesla

Durante los veinte años siguientes realizó un gran número de descubrimientos que suenan a ciencia ficción extravagante. ¿Es imaginable una máquina para producir terremotos que, de paso, puede controlar el clima y crear lluvias torrenciales, sequías y tsunamis a voluntad dónde uno ponga el dedo?

Lo cierto es que Tesla probó un terremoto a escala al conseguir la frecuencia de resonancia en su cuadra y casi derribar el edificio donde vivía. Durante el sismo, sus vecinos lo sorprendieron tratando de apagar una enorme máquina a golpes. A diario, desde su taller, salían enormes relámpagos y truenos que en ocasiones podían escucharse a más de 35 kilómetros de distancia. Experimentos que eran la base para transmitir electricidad lejos y sin cables.

Tesla pudo encender 20 bombillas a 40 kilómetros de distancia sin necesidad de cables, desarrollar lo que 50 años más tarde sería el rayo láser y generadores eléctricos que extraían energía de la tierra y la atmósfera. Él sabía que el movimiento del planeta genera una cantidad de electricidad ilimitada que reposa sobre nuestras cabezas a diario.


En 1901 inició la construcción de Wardenclyffe, una enorme torre de 65 metros con un terminal esférico de 20 metros de diámetro que aprovechaba las inmensas vibraciones eléctricas del planeta para conseguir energía ilimitada de la tierra y a bajo costo, la cual sería transmitida gratuitamente a todo el mundo lo que le valió el desprecio de la comunidad científica y los inversionistas, que ya le habían adelantado dinero para su megaproyecto. Wardenclyffe se paró a mitad de su construcción.

Cinco años antes, George Westinghouse, cabeza de la compañía de electricidad del mismo nombre compró muchas de las patentes inventadas y por inventar por Tesla para no desclasificarlas jamás en pro del lucro y evitar que tecnologías como los rayos X, el láser, el tubo fluorescente, el radar y la electricidad fueran gratis para el mundo. Por su parte, Edison encontró ayuda en ricos conglomerados que protegían la corriente continua patentada por el norteamericano, incluso con ayuda de gobierno que prohibía por ley el desarrollo de investigaciones sobre la corriente alterna de Tesla. Incluso, Tesla fue perseguido por "agentes" que destruían sus creaciones.


Viejo, triste, pero satisfecho de su obra, Nikola acabó sus días sin apoyo de ningún tipo. Desde Croacia recibía una pensión del gobierno que no fue suficiente para sacarlo de la miseria e infelicidad en que falleció el año 1943.

Desde entonces se desclasificó la existencia de Nikola Tesla para la gallada, que lo alzó como icono en Facebook y páginas web dedicadas a revelar el complot contra el croata. El gobierno norteamericano desclasificó parte de sus notas y patentes, pero no las más relevantes. Los mismos grupos paranoides -con algo de sentido- especulan que el ingenio de Tesla es ocupado hoy como tecnología militar y espacial sin entregarle crédito ni el uso original que el menoscabado físico intentó darles a sus proyectos. Entre ellos se menciona el "rayo de la muerte", una aplicación bélica para sus estudios electromagnéticos.

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