22 oct 2011

Experimentos de tesla: el rayo de la muerte/ La guerra invisible de las ondas


La investigación en este terreno es una preocupación importante, antigua y permanente de los militares. Estas formidables armas llevan desarrollándose desde hace varios decenios, en particular en laboratorios americanos y rusos.

Las armas electromagnéticas son desarrolladas en el marco de inquietantes colaboraciones entre el Ministerio de Defensa, y el de Justicia. Existe un tipo de arma muy interesante: las armas de baja y de muy baja frecuencia. Es la tecnología ELF (ExtremelyLowFrequencies).

La frecuencia de resonancia de la ionosfera es casi idéntica a la del cerebro humano. La ionosfera es pues una onda portadora perfecta a partir de la cual se puede alcanzar al cerebro, sin cambiar la frecuencia de emisión. Es el lazo entre la esfera electromagnética de la Tierra y las frecuencias de resonancias del cerebro lo que forma la base de las armas estratégicas.

En el transcurso del siglo XX, se pueden distinguir algunas utilizaciones de estas ondas. De forma general, son utilizadas para enfriar los ardores de asociación o de órganos políticos y sindicales considerados demasiado militantes por ciertos dirigentes. He aquí un inventario:

• 1962: la señal de Moscú: las autoridades americanas constataron que el personal de su embajada en Moscú estaba expuesto a niveles elevados de radiación electromagnética. Se precisaron años para darse cuenta de que los soviéticos buscaban inducir efectos biológicos, psicológicos y fisiológicos.



• 1983-84: los soviéticos querían utilizarlas contra las fuerzas rebeldes afganas.

• 1987: « un tipo de arma radicalmente nuevo, capaz de degradar los sistemas electrónicos o pudiendo ser utilizada en modo antipersonal » (informe del Ministerio de Defensa americano).

• 1989: Boris Yeltsin reconocía que en su tiempo la KGB había estudiado el recurso de las emisiones ELF para matar a distancia por paro de la función cardíaca.

• 1996 : aparición de un artículo del Comité Científico Consejero de la Fuerza Aérea de EE.UU.: « se puede contemplar el desarrollo de fuentes de energías electromagnéticas, cuya señal puede ser pulsada, puesta en forma y dirigida, que podrían acoplarse con el cuerpo humano de manera que impidiera los movimientos musculares voluntarios y el control de las emociones (y las acciones), adormecer, transmitir sugestiones, interferir con la memoria a corto y largo plazo, producir adquisiciones de experiencias o borrar las experiencias adquiridas»

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