18 sept 2012

Museo Tesla cerca de las instalaciones de la torre Wardenclyffe


http://www.indiegogo.com/teslamuseum (Pagina oficial del futuro museo tesla)

Una iniciativa de esas que se han llamado toda la vida de suscripción popular, y que ahora hay que llamar crowdfunding para ser moderno.
La iniciativa particular, lanzada el pasado 15 de agosto, pretendía recaudar 850.000 dólares para comprar los terrenos donde se encuentra el laboratorio de Wardenclyffe, a unos 100 km de Brooklyn, donde Tesla trabajó durante años en la transmisión inalámbrica de energía.
Dos días después de su lanzamiento, la campaña había conseguido ya más de 500.000 dólares.
El objetivo con el que Tesla ideó aquel laboratorio era crear una gran torre desde la que se transmitiría energía a todo el mundo. La falta de financiación para su proyecto acabó malogrando. En 1917 Tesla, arruinado, tuvo que abandonar el laboratorio. La gigantesca torre junto al laboratorio fue demolida para tranquilidad de los vecinos, durante tantas noches aterrados por la intensidad de los fogonazos que emitía, y que iluminaban campos y cielos a varios kilómetros a la redonda.
Aún queda, sin embargo, el laboratorio, que la iniciativa quiere convertir en el primer museo dedicado a Nikola Tesla. Los intentos por crear el museo Tesla no son nuevos, y los entusiastas del científico de origen croata llevan tiempo tratando de conseguir que Agfa, propietarios del terreno, donaran las instalaciones para la creación del museo.
Agfa, sin embargo, ha descartado que vaya a donar la propiedad o a vendérsela solo a quien garantice la conservación del laboratorio. En definitiva, que no había otra forma de asegurar que no sería demolido que comprando el terreno para crear el museo.
El precio de la propiedad es de 1,6 millones de dólares. El Estado de Nueva York prometió aportar la mitad del dinero si la iniciativa llegaba a recaudar 850.000 dólares, suma que a fecha de hoy ya se ha superado.

2 comentarios:

  1. Gracias por compartir, me gusto mucho este espacio.

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  2. Soy una gran admiradora del trabajo de este científico, al que tal vez le quede mejor llamarlo Genio, un visionario que tuvo que ser silenciado.

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